La vida ya es de por sì suficientemente compleja y exigente, como para hacerla màs pesada todavìa. Por lo tanto, ¿no te parece que deberìamos aprender a simplificar lo que por naturaleza ya es difìcil y complicado? ¿còmo es posible lograr esto?
1.Desarrollando nuestro discernimiento, para descartar todo lo malo, lo inùtil y lo superfluo. Es asombroso còmo la vida moderna, nos ha llenado tambièn de mil artificios inùtiles que a veces terminan por marearnos.
2.Actuando siempre con limpieza y honradez. El que obra con mentira y engaño vive enredado en multitud de problemas. La vida siempre es màs fàcil y màs grata para el que actùa con correcciòn.
3.Evitando los problemas de relaciòn, es decir, las discuciones y las enemistades. Cuanto mejor nos llevemos con los demàs, menos complicaciones tendremos.
4.Cultivando la confianza en dios. La persona que se mantiene alejada de el vive entre la angustia y la zozobra, todo se le vuelve complicado. Pero quien confìa en dios siempre ve allanado su camino. Quien ama al creador por encima de todo y a su pròjimo como a sì mismo, comprueba que la vida se le hace suave y llevadera.
Dios le lleva sus cargas y resuelve sus pesares. ¿Vale la pena o no, entonces, convivir con dios?
Una receta con cuatro ingredientes, digna de ser puesta a prueba, para hacer grata esta vida que dios nos ha dado y que a veces no la valoramos porque nos empeñamos màs en los problemas que en el ¿como poder resolverlos?.
!Nada se pierde con probar!
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